El libro es un fluir de la vida de un niño prodigio, Ismael Baruch, nacido en ciudad portuaria donde nada permanece, donde la tentación de la huída tienta con lejanas tierras allá detrás de esos mares.
El niño, de especial sensibilidad, sabe captar el bullir de la vida portuaria, los dolores de los hombres, sus pasiones. Y un día estalla en poesías y canciones. Su genio: la expontaneidad. Su debilidad: su soledad, el no tener a nadie que realmente le quiera.
Una princesa rusa le toma a su servicio porque le ha descubierto su amante, también poeta. Y es como el pájaro enjaulado, cuidado y admirado por lo raro, pero ahí educado por los mejores maestros, viviendo con naturalidad una vida muy por encima de su pobre origen en el barrio judío, aprende y se agota desde una creatividad puesta al servicio del entretenimiento de los mayores.
Enfermedad, crisis de la adolescencia y el niño pasa a ser un adolescente tímido sin nadie que le diga que su cambio es normal, que su creatividad ahora admiradora y contempando la naturaleza y la vida del campo, volverá.
La lectura de los grandes poetas y escritores su perdición y su desesperación. El niño prodigio se seca y se cansa de vivir.
Un artista natural sin un maestro prudente que le trate como niño que crece; un solitario que no tiene a nadie cuando lo necesita; un mundo que gira y fluye devorando a las personas que no tienen otro sustento que su sensibilidad; un genio sin paciencia; y el alma de Némirovsky fluyendo en estos personajes que son también una denuncia de un mundo que no encuentra su sentido.
El genio del artista se basa en la originalidad. Su madurez le hace aprender de otros sin renunciar a sí mismo. Y, si alguna vez agota la fuente de inspiración, es el tiempo de contemplar, de admirar a otros. Humildad del genio que ha sido, ¡qué difícil para el que ha vivido admirado por los demás!
Al acabarse la fuente le piden agua y sólo podría decir: "ahora soy quien tiene sed y nadie me acerca un paño húmedo a mi boca sedienta"
El libro de 100 páginas en la edición de Alfaguara se lee pronto y se retiene, espero que para siempre, porque su lección y su modo plástico de mostrar la historia, es tan genial como permanente.
Título: Un niño prodigio
Autora: Irène Némirovsky
Edita Alfaguara, Madrid 2009
Ver también:
El ardor de la sangre, una historia campesina pero muy intensa. De Irène Némirovsky
Una novela a ritmo musical. La suite fancesa de Irène Némirovsky.
David Golder, el frío hombre de negocios que quisiera ser de otro modo. Obra juvenil de Irène Némirovsky
El Baile, de Irène Némirovsky
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