Este autor no es nada materialista, más bien, gracias al espíritu encontró la fuerza para superar y no degradarse la situación límite más atroz de la Historia: los campos de exterminio nazis.
Esos campos fueron un laboratorio del "hombre en su estado límite". Dice Flankl que en los campos se dieron dos estados límites de degradación: entre los guardianes destacaron los más sádicos e insensibles; eran los tiranos del campo. Pero aún peores eran los "capos" entre los presos, elegidos entre los peores o entre los que cayeron en la degradación en busca de la subsistencia. Era más difícil de comprender el que siendo de los suyos les traicionaba.
Ah... la dignidad del hombre implica un juicio, y un juicio de verdad sobre la traición que incluso en esas situaciones límites no se apaga. Porque si bien en el grupo el instinto de supervivencia llevaba a muchos a cometer pequeñas traiciones, a fomentar el egoísmo para sobrevivir, los hombres hacinados como bestias siguen con su pregunta ¿qué sentido tiene el sufrimiento? Y no es sólo el "vivir un día más" sino que lleva a la transcendencia. Esa transcendencia que podría ser una vida humana feliz después del infierno de los Campos, o un sentido espiritual, facilitaba el vivir. Pero, mientras la ilusión humana al desmoronarse debilitaba la esperanza hasta dejarse morir, las razones espirituales eran el asidero más sólido para esa situación.
Pero Flankl no se engaña: "la razón para vivir" también es la "razón para saber morir". Lo mismo que te da esperanza, una esperanza desnuda de todo apego terreno, te da alas para afrontar el sufrimiento y para acometer actos heroicos que, en los Campos, estaban premiados con la muerte. Los mejores, dice Flankl, "no volvieron". Ahí está Maximiliano Kolbe que dio su vida a cambio de la de otro, o aquellos que "con la cabeza erguida y entonando el Padre Nuestro o el Shema Yesrael entraron en las cámaras de gas para despertar en la Eternidad.
El laboratorio de los campos de exterminio tiene voz porque algunos, "pocos", volvieron para contarlo. El laboratorio de exterminio de los "embriones humanos" en pro del progreso sólo tiene "gritos silenciosos", vidas humanas manipuladas y echadas por el fregadero en experimentos más alocados que los de los médicos nazis ya que TODA la humanidad es cómplice de ellos como de los nuevos campos de concentración formados por "neveras blancas e higiénicas" donde embriones fecundados, seres humanos, esperan, silenciosos, que alguien reclame su implantación y que ese experimento salga adelante.
Flankl analiza la vida de los Campos de Exterminio como víctima y como médico psiquiatra. De ahí sacará una experiencia útil en el mundo de los hombres libres y que descabalga discretamente las teorías freudianas que tratan como enfermos a muchos que tienen sólo un problema moral, de identidad, de busca de destino.
En este mundo dominado por la pseudo cultura de la "no verdad", del "relativismo irracional", el libro del "Hombre en busca de sentido" nos interpela y, con en una situación límite responde positivamente: no somos sólo materia, transcendemos. Hay algo espiritual y una verdad alcanzable que incitan a la esperanza, al menos, de encontrar las razones de nuestra existencia.
Además en esta edición se incluyen unas nociones muy interesantes de Logoterapia que dan también esperanza a muchas dolencias psíquicas.
frid
Título: El hombre en busca de sentido
Autor Viktor Flankl
Ediciones Herder, Barcelona 1998
Colectivo Cartapacio Liberal. Noticiero y breves comentarios de libros leídos y que consideramos de interés. El Colectivo Cartapacio Liberal se ha adherido al periódico digital www.aragonliberal.es
Saturday, July 25, 2009
Thursday, July 23, 2009
Libros para pasar el verano: la frescura infantil de "penas precoces" de Danilo Kis
El otro día, en una biblioteca, un amigo me pidió un buen libro pero que se leyera en esos pocos días que estábamos en el pueblo. Mirando encontré dos joyas de Marcel Pagnol: "La gloria de mi padre" y "El castillo de mi madre", recuerdos entrañables de su infancia. Por eso, cuando por mi parte elegí a Danilo Kis, y me procuré "Penas precoces", no me di cuenta que me movía el mismo interés: buena literatura, relajante, y que terminas el libro con una sonrisa agradable.
Un buen libro suele hacerte mejor al final de su lectura. Yo he leído unos cuantos, debería ser "santo" pero creo que mi crecimiento es por infinitesimales. Sin embargo la vida del pequeño Andi en un pequeño pueblo de Subótica (ex-Yuguslavia), con su desbordante imaginación infantil, con el cariño que le arropa tanto de su madre como de su hermana Ana, con el recuerdo cariñoso y realista de su padre, medio genio y algo "loco", y un pueblo en el que se rezuma afecto, te muestra una constante humana: el especial cuidado que una sociedad sana tiene de sus niños.
Andi es un simpático "trasto" que agiganta sus travesuras, las mismas que minimizan, como cosa de niños, su madre, su hermana y los vecinos del pueblo. El drama de su padre, deportado y eliminado en Auschwitz late en sus cuentos y en su mundo infantil, la guerra aparece con ojos de niño, con sus secuelas de hambre e incomprendidas ausencias, la vida rural es el tesoro que tiene que perder ante la penuria familiar y su retorno a la ciudad.
A mí, amigo del mundo de los hongos, me ha complacido en especial el cuento "una historia de setas", ahí el hambre agiganta la imaginación. La familia encuentra un maravilloso rodal de setas que nadie ha visto. Pero todo termina con una tragedia menor al retornar al pueblo y, por casualidad, caerse una de la saca y el consejo de un experto: ¿Qué hacen recolectando esas setas venenosas? ¿para qué las quieren? La ilusión acaba el el río donde se vacía el saco, pero la vida sigue.
Un libro corto y refrescante.
frid
Título: Penas precoces
Autor: Danilo Kis
Edita: Muchnik Editores,Barcelona, 2000
Monday, July 20, 2009
El desafío en DVD, un contrincante soñado por los progres
El otro día vimos un grupo de amigos "El Desafío", una película que ya está en DVD y dirigida por Ron Howard. Ahí se baten dos personalidades: Nixon que hasta entonces no había reconocido su culpa en el Watergate y que había sido indultado, y el presentador de magazines David Frost.
En la entrevista Frost se lo juega todo: prestigio, dinero, salud y autoestima; Nixon pretende utilizar al "frívolo" presentador para lavar su imagen. Un duelo que se salva en el último round con la confesión.
Es una película que habría hecho las delicias al más puro "progre": el malo es un malo "republicano", "americano" y "conservador"; se le exige que pida perdón por lo que ha hecho, que suplique de rodillas a la nación... y lo logran. Pero ¿alguien cree que no sería magnífica otra entrevista a Chávez, a Castro o a los difuntos mitos de la izquierda que, además de defraudar a las naciones que gobiernan o gobernaron, violaron uno y otra vez los derechos humanos más elementales?
La grandeza de los Estados Unidos es que la nación tiene la libertad suficiente para exigir cuentas a un presidente. ¿Podríamos pedir cuentas al nuestro, aquí en España, por cada una de las mentiras que nos ha intentado hacer tragar?
¿Debería pedir perdón Felipe González por el GAL? Todavía está vivo y cabe un entrevistador a lo Frost que le pretenda arrancar la confesión de quien era en ese caso "la garganta profunda".
De todos modos la película está bien realizada, con unos actores que, en mi opinión, parecen poco convincentes, o bien el intento del realizador es mostrar como alguien que "aparenta estar alelado, en el fondo se entera y logra ganar el pulso a Nixon", pero a mí me parece más bien que el actor que interpreta a Nixon muestra a alguien que "en un momento determinado" para quitarse la culpa, necesita hablar y mostrar su arrepentimiento.
¡Ójala los progres todos del mundo le imitasen! pues sus errores son innumerables, y muchos de ellos fatales para la paz del mundo.
frid
Datos:
Director: Ron Howard
Reparto: Michael Sheen, Frank Langella, Kevin Bacon, Rebecca Hall, Toby Jones, Matthew MacFadyen, Oliver Platt, Sam Rockwell
Trailer:
En la entrevista Frost se lo juega todo: prestigio, dinero, salud y autoestima; Nixon pretende utilizar al "frívolo" presentador para lavar su imagen. Un duelo que se salva en el último round con la confesión.
Es una película que habría hecho las delicias al más puro "progre": el malo es un malo "republicano", "americano" y "conservador"; se le exige que pida perdón por lo que ha hecho, que suplique de rodillas a la nación... y lo logran. Pero ¿alguien cree que no sería magnífica otra entrevista a Chávez, a Castro o a los difuntos mitos de la izquierda que, además de defraudar a las naciones que gobiernan o gobernaron, violaron uno y otra vez los derechos humanos más elementales?
La grandeza de los Estados Unidos es que la nación tiene la libertad suficiente para exigir cuentas a un presidente. ¿Podríamos pedir cuentas al nuestro, aquí en España, por cada una de las mentiras que nos ha intentado hacer tragar?
¿Debería pedir perdón Felipe González por el GAL? Todavía está vivo y cabe un entrevistador a lo Frost que le pretenda arrancar la confesión de quien era en ese caso "la garganta profunda".
De todos modos la película está bien realizada, con unos actores que, en mi opinión, parecen poco convincentes, o bien el intento del realizador es mostrar como alguien que "aparenta estar alelado, en el fondo se entera y logra ganar el pulso a Nixon", pero a mí me parece más bien que el actor que interpreta a Nixon muestra a alguien que "en un momento determinado" para quitarse la culpa, necesita hablar y mostrar su arrepentimiento.
¡Ójala los progres todos del mundo le imitasen! pues sus errores son innumerables, y muchos de ellos fatales para la paz del mundo.
frid
Datos:
Director: Ron Howard
Reparto: Michael Sheen, Frank Langella, Kevin Bacon, Rebecca Hall, Toby Jones, Matthew MacFadyen, Oliver Platt, Sam Rockwell
Trailer:
Friday, July 17, 2009
Lecturas relajantes para el verano: Dorothy Sayers: "El misterio del Bellona Club" y otras sugerencias
El otro día estuve hablando con un amigo agotado ya de un curso muy intenso de trabajo y, en la conversación, salieron autores que podrían hacernos pasar un momento distendido, él me comentó que nunca se ha reído tanto que con Wodehouse y su personaje, el mayordomo Jeeves; por mi parte le comenté que debería descubrir a Evelyn Waugth que me hizo pasar momentos de delirio de risa con Noticia bomba.
Dorothy Sayers también pertenece ese género de ingleses que saben reírse de su propia sombra, como lo muestra cuando describe a su personaje Lord Peter Wimsey, que es un "investigador" por aficción. Sayers, escritora católica, pero sobre todo una gran escritora, no provoca la carcajada pero sí la sonrisa con su fino humor inglés.
Su personaje tiene algo del candor del Padre Brown de Chesterton;y con Don Camilo de Guareschi, Hércules Poirot y Sherlock Holmes, podría formar un cuarteto de lo más interesante. Quizá alguien se anime a hacer un libro en el que esos genios de la ficción se pongan de acuerdo a desenredar un lío de grandes o pequeñas dimensiones.
Dentro de la literatura relajante de verano, quisiera homenajear a mi padre recomendando también a Zane Grey y sus novelas de Oeste y a Johnston McCulle con El Zorro un romántico terrateniente desenreda entuertos.
En definitiva, este post incluye dos deseos: que descubras la calidad literaria de Dorothy Sayers, seas su fan, y -de paso- tengas algunas ideas de cómo pasar esos momentos del verano, que los hay, de tanto calor que una novela como estas sea tu refresco "intelectual"
frid
Título: El misterio del Bellona Club
Autora: Dorothy Sayers
Editorial DeBolsillo, Barcelona 2006
Wednesday, July 15, 2009
Sobre Caritas in Veritate
13.7.2009. Sobre Caritas in Veritate
Ver el documento aquí --->
Estos días he leído de un tirón la nueva encíclica del Papa Benedicto XVI, sería muy aventurado añadir algo a la doctrina de un Papa, pero no lo es tanto comentar algo, desde mi punto de vista, para aclarar algunas informaciones vertidas en la prensa de gentes que, seguramente, no la han leído siquiera.
Me llamó Humberto ¿Fede, has leído la Encíclica? y me puse a la tarea porque algún periódico sensacionalista comentaba "El Papa condena el Capitalismo" o bien "condena los peligros del Capitalismo" y es eso semejante a lo que diría un padre a un hijo ante una comida sabrosa: "ojo, no te empaches", porque no hay nada de eso. Simplemente hay llamadas de atención a muchos asuntos mal resueltos por la sociedad actual.
La clave de la Encíclica daría para un artículo que llevaría a la siguiente conclusión: "cristiano, mira el mundo, la creación, los demás hombres, la sociedad, con los ojos de Dios", intenta ver como vería Él que es Amor.
Pero al mismo tiempo el Papa afirma claramente que "los deberes de la justicia son primordiales". Primero ser justo, luego superar la justicia y ser misericordioso. La superación de lo justo no es algo dialéctico, es un más que implica, como cimento y fundamento tanto la justicia conmutativa, como la distributiva. A eso se añade el "don", la donación gratuita que, en palabras de Juan Pablo II, es más propio de la sociedad civil y de las organizaciones intermedias.
El comercio con todo lo que ello implica, requiere unas relaciones de confianza, de lealtad y, por tanto de justicia. Es el ámbito de la justicia conmutativa. Los Estados que son los que proporcionan el ámbito donde pueden llevarse a cabo esas relaciones, tienen la misión de la justicia distributiva, y procurar que sigan sanas las relaciones comerciales y económicas.
El Papa deja claro que el orden social se fundamenta en una antropología de la dignidad humana, en la que el cristianismo que nos defiende como hechos a "imagen y semejanza de Dios" tiene mucho que aportar. El matrimonio, unión estable de un hombre y una mujer abierto a la vida, es el fundamento de la estructura social. Y los límites de la legislación están en esos derechos humanos y deberes, que no pueden ser manipulados por la mayoría. "Los valores no negociables de la dignidad y libertad humana" son el cimiento de una sociedad justa. Y eso muestra que el ámbito de la dignidad humana está íntimamente relacionado con el de la libertad.
Se habla de una ecología y una responsabilidad ante la creación, o ante la tierra en la que vivimos, la responsabilidad ante las generaciones futuras y el límite de la técnica: la ética y el respeto a la dignidad humana pero también el uso responsable y sostenible de los bienes de la tierra.
Se comenta la realidad de la globalización con sus oportunidades y riesgos. Globalización en el mercado, en la necesidad de una autoridad justa que regule el justo orden de ese movimiento mundial, pero con una visión correcta de la subsidiariedad y de la solidaridad entre las gentes y pueblos. Respeto a las culturas, respeto a las autoridades nacionales, regionales y locales, respeto a la iniciativa de la sociedad civil y respeto a la persona y a la estructura familiar.
La encíclica supone una continuidad de las encíclicas sociales como Rerum Novarun hasta la Populorum Progessio de Pablo VI, mostrando la continuidad y complementariedad de la doctrina de la Iglesia, pero también incorpora la visión de una correcta antropología de la Humanae Vitae defendiendo como fundamento del recto orden social a la unidad familiar abierta a la vida. También avanza sobre la visión de Juan Pablo II sobre la "Hipoteca social de los bienes de la tierra" y una adecuada visión de la relación ética del hombre y la creación.
De todos modos, bien dice el Papa que la Iglesia no tiene un único camino para el recto orden social, que esa es tarea de los hombres y de los poderes públicos, pero su labor profética está en iluminar sobre los principios en los que construir ese orden y los riesgos posibles y las reales desviaciones existentes.
Riesgos de la globalización: la uniformidad. Riesgos de un inadecuado uso de la técnica: la manipulación de la vida humana. Riesgos de la exclusión de los "principios no negociables": la construcción de un orden social hostil al hombre.
Ahora nos toca hacer una segunda o tercera lectura y aplicar lo aprendido.
frid
Estos días he leído de un tirón la nueva encíclica del Papa Benedicto XVI, sería muy aventurado añadir algo a la doctrina de un Papa, pero no lo es tanto comentar algo, desde mi punto de vista, para aclarar algunas informaciones vertidas en la prensa de gentes que, seguramente, no la han leído siquiera.
Me llamó Humberto ¿Fede, has leído la Encíclica? y me puse a la tarea porque algún periódico sensacionalista comentaba "El Papa condena el Capitalismo" o bien "condena los peligros del Capitalismo" y es eso semejante a lo que diría un padre a un hijo ante una comida sabrosa: "ojo, no te empaches", porque no hay nada de eso. Simplemente hay llamadas de atención a muchos asuntos mal resueltos por la sociedad actual.
La clave de la Encíclica daría para un artículo que llevaría a la siguiente conclusión: "cristiano, mira el mundo, la creación, los demás hombres, la sociedad, con los ojos de Dios", intenta ver como vería Él que es Amor.
Pero al mismo tiempo el Papa afirma claramente que "los deberes de la justicia son primordiales". Primero ser justo, luego superar la justicia y ser misericordioso. La superación de lo justo no es algo dialéctico, es un más que implica, como cimento y fundamento tanto la justicia conmutativa, como la distributiva. A eso se añade el "don", la donación gratuita que, en palabras de Juan Pablo II, es más propio de la sociedad civil y de las organizaciones intermedias.
El comercio con todo lo que ello implica, requiere unas relaciones de confianza, de lealtad y, por tanto de justicia. Es el ámbito de la justicia conmutativa. Los Estados que son los que proporcionan el ámbito donde pueden llevarse a cabo esas relaciones, tienen la misión de la justicia distributiva, y procurar que sigan sanas las relaciones comerciales y económicas.
El Papa deja claro que el orden social se fundamenta en una antropología de la dignidad humana, en la que el cristianismo que nos defiende como hechos a "imagen y semejanza de Dios" tiene mucho que aportar. El matrimonio, unión estable de un hombre y una mujer abierto a la vida, es el fundamento de la estructura social. Y los límites de la legislación están en esos derechos humanos y deberes, que no pueden ser manipulados por la mayoría. "Los valores no negociables de la dignidad y libertad humana" son el cimiento de una sociedad justa. Y eso muestra que el ámbito de la dignidad humana está íntimamente relacionado con el de la libertad.
Se habla de una ecología y una responsabilidad ante la creación, o ante la tierra en la que vivimos, la responsabilidad ante las generaciones futuras y el límite de la técnica: la ética y el respeto a la dignidad humana pero también el uso responsable y sostenible de los bienes de la tierra.
Se comenta la realidad de la globalización con sus oportunidades y riesgos. Globalización en el mercado, en la necesidad de una autoridad justa que regule el justo orden de ese movimiento mundial, pero con una visión correcta de la subsidiariedad y de la solidaridad entre las gentes y pueblos. Respeto a las culturas, respeto a las autoridades nacionales, regionales y locales, respeto a la iniciativa de la sociedad civil y respeto a la persona y a la estructura familiar.
La encíclica supone una continuidad de las encíclicas sociales como Rerum Novarun hasta la Populorum Progessio de Pablo VI, mostrando la continuidad y complementariedad de la doctrina de la Iglesia, pero también incorpora la visión de una correcta antropología de la Humanae Vitae defendiendo como fundamento del recto orden social a la unidad familiar abierta a la vida. También avanza sobre la visión de Juan Pablo II sobre la "Hipoteca social de los bienes de la tierra" y una adecuada visión de la relación ética del hombre y la creación.
De todos modos, bien dice el Papa que la Iglesia no tiene un único camino para el recto orden social, que esa es tarea de los hombres y de los poderes públicos, pero su labor profética está en iluminar sobre los principios en los que construir ese orden y los riesgos posibles y las reales desviaciones existentes.
Riesgos de la globalización: la uniformidad. Riesgos de un inadecuado uso de la técnica: la manipulación de la vida humana. Riesgos de la exclusión de los "principios no negociables": la construcción de un orden social hostil al hombre.
Ahora nos toca hacer una segunda o tercera lectura y aplicar lo aprendido.
frid
Tuesday, July 14, 2009
Cuentos de Narnia: Un cuento dentro del cuento: "El caballo y el muchacho"
En verano, momento de más tiempo libre, la opción de leer los Cuentos de Narnia es un magnífico plan para nuestros muchachos, y también para los mayores. Así, con la imaginación volando, podremos narrar historias que encandilen a nuestros pequeños.
El Caballo y el muchacho es el tercer cuento de Narnia, y narra una historia totalmente narniana. Un hijo adoptivo de un pescador del reino de Carlomen va a ser vendido a un guerrero tarkino. El caballo del guerrero, Bree, es un caballo narniano y planea la fuga con el muchacho. En su huida interviene Aslam, una muchacha tarkina también fugitiva y una yegua también narniana.
Su huida le enfrenta a su destino y al cumplimiento de una profecía, a una batalla en el pequeño reino de Archenlond y a un final feliz.
En su huida, el pequeño Shasta y la jovencita Aravis van venciendo dificultades y forzando su carácter en la adversidad.
El mundo imaginativo de Lewis tiene una clara formación en valores y en el sentido de la transcendencia de sus jóvenes lectores, si bien al "estilo Lewis" en el que el destino es un "designio inescrutable" de Aslam que tiene cierto aire de fatalidad.
El reino de Carlomen es un gran continente, con señores de la guerra (los caballeros tarkinos) que podría estar muy bien situado en el lejano oriente.
Título: El caballo y el muchacho
Autor: C. S. Lewis
Ediciones Destino, Tercera Edición, Barcelona 2005
Ver también:
Buenos libros de lectura infantil. Las crónicas de Narnia
Cuentos de Narnia en el cine. El príncipe Caspio
El camino hacia el Amanecer con el Amanecer. C.S. Lewis
Thursday, July 02, 2009
Shakesperare, Una investigación. Una obra de Joseph Pearce sobre el entorno católico del Bardo
Esta obra podría titularse también "los católicos en tiempo de persecución" porque es un magnífico trabajo sobre Shakespeare, su familia y el entorno católico en el que se desenvuelve.
Su padre Jonh y su hija Susanne eran recusantes (católicos que recusan la obediencia como jefe de la Iglesia al rey o reina de Inglaterra) declarados; sus grandes amigos también. Su obra puede leerse en clave cristiana, más bien católica. Consta su amistad con sacerdotes jesuítas mártires de la persecución así como su adquisición de una vivienda que era y siguió siendo, refugio y lugar de reunión de católicos. Su gran protector era un noble católico.
Muchos datos para poder afirmar que Shakespeare nació católico, recibió una educación católica, casó con católica, crió una hija católica y nombró albaceas católicos de su testamento.
Pero además de esa investigación, la obra Pearce muestra la heroicidad de los recusantes, la persecución económica y también física, los martirios por defender la fe o por ocultar a sacerdotes católicos tanto en el reinado de Isabel I como en el de su sobrino Jacobo I que, después de la conjura de la pólvora, mantuvo la persecución en todo su vigor.
Shakespeare nunca escribió loas a ambos reyes. En sus obras mantiene el equilibrio de defender ideas que se pueden entender en clave católica y ser un artista protegido por la Corona. En vida se le acusó de recusante y vivió ese difícil equilibrio de mantenerse en sus principios y mantenerse en su pellejo.
El final de la obra tiene un tratado sobre el Rey Lear en clave cristiana de lo más interesante.
Título: Shakespeare. Una investigación
Autor: Joseph Perace
Edita Palabra, Madrid 2008
Todo fluye, de Vasili Gossman, me quedo sólo con las historias
Un desgarrador libro de un judío escrito, creo, que para judíos rusos. Es un examen y acto de contrición y, al tiempo, de disculpa colectiva.
El protagonista, Iván Grigórievich, es el observador. Vuelve a los suyos y los encuentra cómplices de los horrores de Lénin y de Stalin: los que callaron e intentaron mirar a otro lado; los que colaboraron para salvar su vida, para sacar ganancias; los enamorados del proyecto revolucionario están ahí y no juzga ni condena. Ellos, judíos, hombres de su raza, fueron como todos: hicieron el mal sin, en el fondo, querer hacerlo. Mataron la libertad de otros salvando un resquicio de libertad en sus propias vidas.
El pesimismo del autor es se manifiesta en el estado anímico y resignación de Iván. Todo fluye necesariamente. Él que fue valiente, duró horas en su valentía para envejecer y, milagrosamente, sobrevivir de los campos de exterminio marxistas, fruto del socialismo real que tiranizó y esclavizó Rusia y los países que cayeron en su abrazo maternal.
Lo mejor del libro, las historias. Lo más destacado: el capítulo 14 donde narra el despiadado genocidio de los campesinos ucranianos, condenados a morir de hambre por un Stalin inmisericorde, narrado como confesión arrepentida de Anna Serguéyevna que renunció a su posición en el Partido al no poder soportar tanta crueldad innecesaria.
La revolución devoró a sus hijos, a sus padres y a millones y millones de inocentes.
Lo que me saltaría del libro: su definición de Lénin y de Stalin en la que hay divagación, un darle vueltas al alma rusa, un continuo contraste entre frases de doble sentido, de un ponerse del lado de "cómo pensarían los monstruos revolucionarios", y de un "disculpar la naturaleza humana" incluso en sus grandes aberraciones. Es una lección de cinismo que puede definirse en la teoría de uno de los presos que comparten celda con Ivan: "la violencia ni se crea ni se destruye en la humanidad, su cantidad es una constante".
Iván grita, quiere creer, que la libertad es un valor que permanece y que vence... pero al final él contempla, donde estaba su hogar, un montón de ruinas; y donde estaba su salud y juventud, una ancianidad decrépita.
frid
Título: Todo fluye
Autor: Vasili Grossman
Edita: Círculo de Lectores, Galaxia Gutenberg, Barcelona 2008
El protagonista, Iván Grigórievich, es el observador. Vuelve a los suyos y los encuentra cómplices de los horrores de Lénin y de Stalin: los que callaron e intentaron mirar a otro lado; los que colaboraron para salvar su vida, para sacar ganancias; los enamorados del proyecto revolucionario están ahí y no juzga ni condena. Ellos, judíos, hombres de su raza, fueron como todos: hicieron el mal sin, en el fondo, querer hacerlo. Mataron la libertad de otros salvando un resquicio de libertad en sus propias vidas.
El pesimismo del autor es se manifiesta en el estado anímico y resignación de Iván. Todo fluye necesariamente. Él que fue valiente, duró horas en su valentía para envejecer y, milagrosamente, sobrevivir de los campos de exterminio marxistas, fruto del socialismo real que tiranizó y esclavizó Rusia y los países que cayeron en su abrazo maternal.
Lo mejor del libro, las historias. Lo más destacado: el capítulo 14 donde narra el despiadado genocidio de los campesinos ucranianos, condenados a morir de hambre por un Stalin inmisericorde, narrado como confesión arrepentida de Anna Serguéyevna que renunció a su posición en el Partido al no poder soportar tanta crueldad innecesaria.
La revolución devoró a sus hijos, a sus padres y a millones y millones de inocentes.
Lo que me saltaría del libro: su definición de Lénin y de Stalin en la que hay divagación, un darle vueltas al alma rusa, un continuo contraste entre frases de doble sentido, de un ponerse del lado de "cómo pensarían los monstruos revolucionarios", y de un "disculpar la naturaleza humana" incluso en sus grandes aberraciones. Es una lección de cinismo que puede definirse en la teoría de uno de los presos que comparten celda con Ivan: "la violencia ni se crea ni se destruye en la humanidad, su cantidad es una constante".
Iván grita, quiere creer, que la libertad es un valor que permanece y que vence... pero al final él contempla, donde estaba su hogar, un montón de ruinas; y donde estaba su salud y juventud, una ancianidad decrépita.
frid
Título: Todo fluye
Autor: Vasili Grossman
Edita: Círculo de Lectores, Galaxia Gutenberg, Barcelona 2008
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