
En el gótico aparecen nuevas técnicas constructivas, esbeltas, aligeradas, que permiten grandes vuelos en las nuevas catedrales, llenas de luz y colorido.
Colectivo Cartapacio Liberal. Noticiero y breves comentarios de libros leídos y que consideramos de interés. El Colectivo Cartapacio Liberal se ha adherido al periódico digital www.aragonliberal.es
En la serie de libros que estoy recomendando, hay uno muy especial, "La estrella de las siete puntas" (Espasa), de Mamen Sánchez. Puede que sea uno de los mejores títulos de literatura infantil-juvenil de los últimos tiempos, una auténtica sorpresa en la que el más importante es el lector, que vive con asombro una aventura familiar en el ámbito de un colegio que podría ser tu colegio o el colegio de tus hijos. Se trata de una novela en la que el entretenimiento va ligado a los valores, en el que el suspense crece capítulo a capítulo. Se lo ley a viva voz a mis hijos, que hicieron de "La estrella de las siete puntas" el argumento de muchos de sus juegos.
Te animo a que lo descubras y lo disfrutes. Te animo a que lo contagies a tu alrededor.
Merece la pena.
Por: Miguel Aranguren para Aragón Liberal
Pocas veces recomiendo un libro. Sin embargo, esta vez quiero compartir contigo la experiencia singularísima de leer "El buen adiós" (Espasa), que con la prosa agilísima de Silvia Laforet y la experiencia médica (y humana, muy humana) del doctor Jesús Poveda, se atreve a adentrarse en el territorio prohibido de la muerte, del buen morir.
Se trata de un ensayo repleto de anécdotas cargadas de humanidad y sentido común, algunas muy emotivas, que ayudan a pensar no solo en la mejor manera de afrontar la propia muerte, sino la de nuestros seres queridos. Cómo superar el dolor emocional y físico. De qué forma prepararse. Cómo valorar y ayudar a aquellas personas de nuestro entorno que se caracterizan por estar siempre al pie del cañón cuando llega la enfermedad grave. Cómo, a quién y en qué momento comunicar una "mala noticia" ... Quien lea "El buen adiós" reafirmará que la muerte es el proceso natural y final de la vida, que puede transformar su natural tragedia en algo incluso bello, que se puede paliar el dolor físico sin que el enfermo pierda su dignidad y sin caer en eufemismos tan tristes como la eutanasia o el suicidio asistido. Sin duda, este libro eleva al enfermo, a sus familiares, a sus cuidadores y a todo el equipo médico. Ojalá lo disfrutes o lo puedan disfrutar en tu familia.Hace ya cuatro años que leí la obra de Laurent Artur du Plessis La Tercera Guerra Mundial ha comenzado (Inédita Editores, Barcelona, 2004). Debo confesar que la tesis del autor me pareció exagerada y que relegué el libro al rincón de mi biblioteca destinado a alojar materiales curiosos, aunque poco provechosos para mis investigaciones. Du Plessis desarrollaba el concepto del choque de civilizaciones enunciado por Huntigton, mediante la introducción de un multiplicador de crisis que conduciría al conflicto abierto entre occidente y el mundo árabo–musulmán que, a su vez, arrastraría a los Estados que empezaban a descollar como representantes de otras culturas y como potencias emergentes. Este multiplicador de crisis era una miseria generalizada a nivel global, provocada por un crack económico mundial y la secuela de la penuria subsiguiente.
Ya he expresado que disiento en muchos de los aspectos que llevan a Du Plessis a concluir en su conclusión apocalíptica del inmediato futuro que aguarda a la humanidad; sin embargo, como analista de las relaciones internacionales, sí que comparto el temor de Kegley y Raymond (El desafío multipolar, Almuzara, Madrid, 2008) relativo a una polarización extrema de potencias en torno a dos o tres focos de poder, polarización propiciada por factores políticos y económicos que actuasen como factores multiplicadores de crisis. Según estos autores, y debo decir que convengo con ellos, tal situación conlleva un elevado riesgo de terminar en una conflagración armada de grandes dimensiones.
Estoy pensando que esos focos polarizadores pueden ser Estados Unidos, China y Brasil o La India, tal vez Rusia. Todos ellos son ahora potencias importantes. Todos personifican modos distintos de concebir las relaciones económicas y comerciales; todos aspiran a ser modelos de configuración social. Todos ellos son rivales en la disputa de zonas de influencia, suministro de materias primas y fuentes de energía. Es normal que las pequeñas y medianas potencias se aglutinen en torno suyo, bien por afinidad de ideas, bien empujadas por la indigencia. Ante una época de escasez generalizada, son inevitables los roces y las controversias. La penuria, tomada como necesidad suprema, puede empujar a cualquiera por el camino de la guerra.
A ello hay que añadir el peligro de exacerbamiento del fanatismo religioso e ideológico en unas sociedades sacudidas por las privaciones.
Sobre la base de estas reflexiones, por más que trate de alejar de mí el pesimismo, creo, sinceramente, que estamos sentados sobre un barril de pólvora, con la mecha expuesta a cualquier chispa. Y me asombra el adormecimiento o la inconsciencia de mis contemporáneos, especialmente europeos, ciegos porque se desinteresan por completo de estas cuestiones. Me quedo asombrado al ver cómo en los congresos sobre seguridad a los que asisto, algunos convocados por prestigiosas universidades, siempre somos la misma minoría los que asistimos, ante la indiferencia de los medios de comunicación, de la comunidad universitaria en general, de las administraciones y del común de los ciudadanos. Prácticamente somos un puñado de frikees que investigamos, escribimos y nos leemos los unos a los otros, que somos soportados en sede académica porque hay que cubrir el expediente, dado que, como expresó un eximio doctor en Derecho internacional, cuyo nombre no cito: «chaval, estas cosas no son populares, no dan gloria; no vaya Vd. diciéndolas por ahí».
De hecho, hace ya algún tiempo que me he retirado de la investigación y retorno únicamente a ella para atender algún encargo concreto, no excesivamente trabajoso, al que me siento obligado por razones de cortesía. Me he convencido de que, efectivamente, a casi nadie le importa un ardite plantearse estas cuestiones y me he cansado de ser un agorero. Además, lo confieso, deseo vivamente estar equivocado, ser un frikee, un estúpido alarmista; todo, antes que asistir al amargo despertar de la cómoda sociedad que me rodea cuando suenen los tambores de la guerra.
Zaragoza, a 12 de febrero de 2009
Txomin de Pastriz
Anne Perry es una escritora de suspense, y que sabe marcar los tiempos en sus relatos. En el caso de "Una visita navideña", en el poco tiempo de las fiestas ocurre de todo y, sin prisas, sin más ni menos páginas que las necesarias... la tensión queda asegurada.
La editorial Homolegens ha editado un mágnifico libro sobre la vida y obra de Sor Patrocinio, la monja de las llagas.
María de los Dolores Quiroga y Capopardo, conocida como sor Patrocinio, nació en la finca Venta del Pinar, en el término de de San Clemente (Cuenca) el 27 de Abril de 1811 y murió en Guadalajara el 27 de Enero de 1891. Ya desde niña tuvo una gran inclinación religiosa y muy jóven profesó en la Orden de las Concepcionistas Descalzas Franciscanas. Fué abadesa y fundadora de diecinueve conventos y siendo mujer de gran virtud, Dios le concedió dones y carismas espirituales extraordinarios. En 1830 recibió la impresión de las llagas de la Pasión de Cristo en su cuerpo.
Sor Patrocinio fué una mujer extraordinaria no sólo por su belleza física y por su inteligencia sino, sobre todo, por su singular vida de santidad. Testigos de distinta extracción social, entre ellos la reina de España Isabel II, han dado su testimonio en favor de sus revelaciones, de sus éxtasis, de sus milagros y sobre todo de sus estigmas extraordinarios que la hicieron pasar a la historia como "la monja de las llagas". El día 13 de agosto de 1831 se le apareció María Santísima que le dejó la imágen de la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias, que sor Patrocinio llevó siempre consigo y que actualmente se venera en el convento del Carmen de las Concepcionistas de Guadalajara, donde también reposan sus restos mortales en una de las capillas laterales. El 19 de julio 1907 se hizo público el decreto de apertura del Preoceso Ordinario de su causa de beatificación y canonización.
La vida de ésta santa monja transcurrió durante la persecución de la Iglesia Católica por parte de los gobiernos progresistas de la época, como dice Javier Paredes, catedrático de Historia Contemporánea, la línia de pensamiento de los dirigentes era que el siglo XIX, el siglo de las luces, era incompatible con los conventos, por tanto no se podía tolerar que una simple monja de clausura fuese tenida por santa. Entonces empezó la persecución de sor Patrocinio, la desterraron a Francia, donde aprovechó para fundar nuevos conventos, la reina Isabel II siempre le pidió oraciones para su familia y para España, la imágen de la Virgen del Olvido, Triunfo y Misericordias siempre presidió los actos solemnes de la familia real. Este trato con la reina también disgustaba a los progresistas y difundieron graves calumnias contra la monja, todo cuanto de malo acontecía en España se atribuía a sor Patrocinio, la detuvieron entrando en el convento con espadas e incluso la hirieron.
La vida de sor Patrocinio está llena de sufrimientos y persecuciones, sus llagas sangraban copiosamente y su salud era muy precaria, padecía grandes dolores pero todo lo ofrecía a Dios y por el bien de España. Profetizó el exilio de Isabel II y la restauración de la monarquía en la persona de su hijo Alfonso. El libro Sor Patrocinio está escrito por su secretaria R.M. Sor María Isabel de Jesús, dando toda clase de detalles acerca de la vida y la obra de la gran fundadora y reformadora del siglo XIX, también llamada la santa Teresa del siglo XIX.
El prólogo del libro es de D. José Sánchez González, Obispo de SIgüenza-Guadalajara y el epílogo es de D. Pedro Voltes, catedrático de la Universidad de Barcelona, quién había esrito un libro de sor Patricinio hace unas décadas y ahora continúa entusiasmado en el conocimiento de tan singular santa.