El Padre Elías, un apocalipsis y un mensaje transparente: No sirváis a Satanás, menudo lío...

Título: El Padre Elías (Un Apocalipsis)

Autor: Michael D. O´Brien

Editorial: Libros Libres, Madrid 2006

Traduce: Jordi Giménez Samones

El libro tiene un aire onírico, no en vano es una especie de visión escatológica. Pero los sueños son congruentes y la trama es la trama de las ideas en lucha entre sí. Por una parte el hombre que busca construir un Nuevo Mundo de Paz pero sin Dios, suyo y exclusivo, sincretista para dar al pueblo una religión de consumo life, donde lo "tolerante" sustituye a lo "verdadero". Por la otra parte es el tremendo realismo de la Iglesia que dice que el paraíso en la tierra no se logra y que buscando la bondad personal y la santidad de vida es como se consigue una atmósfera mejor, un ambiente más sano, alegre y libre.

El arquitecto del nuevo orden prescinde de Dios y del hombre individual. El arquitecto divino construye con individualidades, con santos. Cada persona es importante porque por ella Dios dio su sangre en la Cruz.

El libro presenta la preparación de la Última Batalla, del Arcangel San Miguel contra Lucifer. ¿Habrá fe en la tierra? La apostasía es enorme, el poder de los hombres en manos de un Presidente que es una especie de super-Rodríguez Zapatero parece ganar. Todo está a su favor: el poder y el dinero. Pero Dios se guarda un As en la manga. Es Elías el monje profeta, pero también es la persona sencilla que sigue rezando con piedad su rosario en un rincón.

Creo que este libro largo pero ameno en su lectura es un aviso a navegantes: no os empeñéis en construir un mundo feliz cuando esa construcción exige eliminar vidas sobrantes. Ese mundo no es mas que un infierno. Tampoco lo construyáis sin Dios, porque será un mundo sin esperanza. Y tampoco lo construyáis de espaldas a cómo es el hombre porque entonces será deprimente.

Buscad que haya buenos ciudadanos, personas que amen a Dios y a los hombres. Sólo así se establecerán los lazos del amor, de la esperanza, del consuelo. Y ellos llegarán a donde nunca podrá llegar un Estado Moderno, llegarán a dar consuelo a los corazones, compañía a las personas y razones para afrontar con esperanza el último e inevitable momento.

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