Hugo Wast con un Apocalipsis argentino. Juana Tabor y 666

Juana Tabor y 666, dos novelas en una.

Autor: Hugo Wast

Editorial: Biblioteca Homo Legens, Madrid 2005

He leído estas dos novelas como una sola y despúes de leer "El Padre Elías", ha sido toda una experiencia apocalítica, pero muy instructiva. No en vano desde el principio de los tiempos el Ángel Caido ha desatado una guerra con su Creador ganando "escaramuzas" pero causando graves transtornos a la vida de los hombres. Desde la tentación primera, nos ha ido vendiendo mentira bajo envoltorios de regalo de lujo.

Hoy sus mentiras son las de un subjetivismo radical en el que el hombre se erige como fuente de verdad última. Crea al bien o el mal mental y se lo cree. Habla de paz e impone ese sistema a los que ven un burro y piensan que es un "burro", no un buitre, ven un asesinato y piensan que se ha matado a un ser humano, no que se "ha liberado el cuerpo de la agredida madre"... Y así tantas y tantas cosas.

Estas dos novelas tienen también un ambiente onírico, para introducir el gran escenario mundial, con un tipo de "ciencia ficción" algo ingenuo. Es tan terrible lo que "realmente ha pasado" y está pasando que no hace falta inventar "superpoderes" para la fuerza del mal. Los millones de niños muertos antes de nacer, el miedo de los ancianos en Holanda a ser asesinados, las blasfemias so capa de arte de Bassi, del consejero blasfemo y no dimitido de Andalucía, la utilización por parte de los "ateos" del Islam como ariete contra el cristianismo en una Alianza de CIvilizaciones en la que son todos "contra los cristianos", hacen pensar que en cada tiempo y época hay alguien especialmente empeñado en recordarnos las características del Anticristo: el padre de la mentira. Arrio, Mahoma, Volaire, Lenin, y personajes menores como Castro y Zapatero, todos ellos vendiendo paz causando guerra, vendiendo concordia causando crispación.

La lectura de 666 de Hugo Wast, tremenda metáfora del fin de los tiempos, ayuda a afrontar con fortaleza los tiempos actuales con la persecución, por ahora mediática, que sufre Cristo y los cristianos.

No conozco en mi vida ofensas tan burdas a los cristianos fomentadas por un partido que gobierna una nación de mayoría católica.

Sin hacer política ¿votaremos a los que nos insultan cada día?

frid

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