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Thursday, January 18, 2007

Los héroes de Mankell, salvando el mundo pero destrozándose por dentro en "El Cerebro de Kennedy"


Henning Mankell apasiona siempre, sabe llevar la trama de su angustía a las mil maravillas. Sus personajes, incapaces de controlarse, viven sus sentimientos en relaciones que duran mientran duran ellos. Habitualmente el sexo y el alcohol acompañan sus buenísimas intenciones.

En "El cerbro de Kennedy" Louise Cantor, arqueóloga sueca, busca las razones del suicidio o del asesinato de su hijo Henrik y se aventura en un mundo para ella desconocido: el de su propio hijo. Una identidad desconocida mientras el hijo investiga las tremendas conexiones de la investigación científica sin ética y la propagación o curación del sida.

Mueren alrededor de la arqueóloga aquellos que hubiesen podido darle luz. Su viaje es desesperado y sin un centro claro: Australia, España, Sudáfrica, Mozambique y Suecia son el escenario de su angustiosa búsqueda del por qué.

El libro está editado por Tusquets, Barcelona 2006; y no he podido dejar de leerlo, como todos los de este autor. Son una ventana al mundo sin Dios y sin valores, regido por el sentimiento del "buenismo" al que nos llevaría la "Educación para la ciudadanía". Es el segundo paso de la decadencia: sin valores, sin Dios, en un indivualismo real y con ánsias de justicia infinita; lo que no le impide al protagonista difunto contagiar el Sida a sus amadas.



Si bien este es el pensamiento del "malo de la novela", si se amplía el campo a las investigaciones sobre embriones humanos, la conclusión es la misma: es el abismo de la maldad. Oigamos a Christian Holloway: "Permíteme que te aclare una cuestión. No existe ningún mundo sin colfictos, ninguna civilización, que no comience definiendo las normas que han de regir la convivencia entre las personas. Pero las normas existen para los débiles. El fuerte es capaz de ver hasta donde pueden estirarse y crea sus propias reglas. Tú querrías que todo sucediese en virtud de la compasión y la buena voluntad de las personas. Pero si no existe un beneficio de interés privado, tampodo habrá desarrollo. Las patentes de los medicamentos garantizan los beneficios, que, a su vez, posibilitan la investigación y el desarrollo de nuevos medicamentos. Supón que eso que dices de mis aldeas fuese cierto (investigación con seres vivos contagiéndoles la enfermedad o probando medicamentos no testados) (...) No saldría algo bueno de eso, por más que se tratase de una actividad aparentemente brutal? Piensa que es urgente conseguir un remedio contra el sida. El sur de África, en particular, se enfrenta a una catástrofe de proporciones gigantescas, sólo comparable con la peste negra".

Un ejemplo del "fin justifica los medios", de la "ciencia sin normas morales". Mankell pone en boca del "abismo de maldad" esa frase. Y es que sin ética las normas son para los débiles y el poder sin freno para los fuertes.

Y al final el atajo lleva a la muerte del cuerpo y del alma, a una vida vacía. En la realidad el atajo es la investigación con células embrionarias. Y el "no atajo", con células madre adultas, está resultando que sí lleva a alguna parte. El atajo fueron las investigaciones nazis en los campos de exterminio y fueron eso, exterminio.

1 comment:

Anonymous said...

He leido la obra de un tirón, lo cual supone que me ha interesado soberbiamente, pero he encontrado fallos de composición, de situaciones que no podrían darse con verosimilitud, incluso el final de la obra no me ha parecido bien cerrado.