Colectivo Cartapacio Liberal. Noticiero y breves comentarios de libros leídos y que consideramos de interés. El Colectivo Cartapacio Liberal se ha adherido al periódico digital www.aragonliberal.es

Sunday, January 14, 2007

El maestro de esgrima, de Pérez Reverte


Jaime de Artaloa, el maestro de esgrima, pretende ser un personaje desvinculado de la lucha por el dinero, la gloria o el poder. Se dice ateo. Prescinde de la idea de Dios para poder vivir de su profesión. Es un ateo práctico: vive del arte de matar.

ARTURO PÉREZ REVERTE: EL MAESTRO DE ESGRIMA Santillana Ediciones, Punto de Lectura, Madrid, 2001

Novela que refleja el ambiente inmediatamente anterior a la revolución de 1868 que daría origen al destronamiento de Isabel II, al sexenio democrático, al reinado breve de Amadeo de Saboya y a la I República.

Periodo de la historia de España sumamente difícil de entender y de explicar; mucho más, de novelar. Reverte escoge un punto geográfico próximo a la Puerta del Sol –símbolo del pueblo- para establecer su parlamento popular, próximo a la ubicación de las Cortes y no muy lejano al Palacio de Oriente. En aquel pretendido parlamento, un café llamado sarcásticamente Progreso, se celebra una tertulia a la que acude Jaime de Artaloa, el protagonista del relato, y diferentes personajes del pueblo castizo que analizan las noticias de la política y de la vida palaciega extendidas por la ciudad.

Cuatro son esos personajes que representan a los cuatro principales partidos políticos o idearios políticos: conservadores (monárquicos y católicos; generalmente familias nobles venidas a menos, Espartero), liberales moderados (no están muy de acuerdo con las actuaciones de la monarquía pero no se atreven a prescindir de ella; son católicos no practicantes pero tampoco se deciden a romper; muchos de ellos masones, su líder Narváez), liberales progresistas (los más radicales, les gustaría prescindir de la monarquía y dar paso a la república; anticlericales; pro guillotina, su líder Prim), centristas (tradicionalistas, monárquicos, su líder O’Donnel fundador de la Unión Liberal).

En la novela las correspondencias entre personajes e ideologías serían

Conservadores:

Don Lucas Rioseco, caballero de buena familia venida a menos, misántropo, monárquico, católico, hombre de honor.

Liberales moderados:

Antonio Carreño, masónico, antiborbónico.

Liberales progresistas:

Agapito Cárceles, cura exclaustrado, “El patriota embozado”, republicano, federalista, antimonárquico, anticlerical.

Centristas:

Marcelino Romero, pianista, melancólico, cuarentón
Como representante de la nobleza y de las clases próximas a la vida palaciega corrupta y amoral:

Luís de Ayala-Velate y Vallespín, marqués de los Alumbres

Jaime de Artaloa, el maestro de esgrima, se sitúa fuera de esta distribución ideológica. Pretende ser un personaje desvinculado de las luchas por el dinero, la gloria o el poder. Vive en su soledad, procurándose el pan de cada día con su trabajo en una época en la que trabajar y nobleza no eran compatibles. Y además se manifiesta como ateo. Prescinde de la idea de Dios para poder vivir de su profesión. Es un ateo práctico: enseña a matar, vive del arte de matar.

Jaime de Artaloa se verá inmerso en una serie de crímenes. Uno de los asesinados le confiará, la víspera de su muerte, unos papeles que resultarán el desencadenante de más muertes y que incluso pondrán su vida en grave peligro.

En definitiva una trama policial con asesinos a primera vista que luego resultarán ser inocentes y al contrario, víctimas que luego, pudieran resolverse en asesinos.

Además cabe señalar el dominio de las técnicas propias de la esgrima. Descripciones para profesionales. Y una trama amorosa que pudieran ser dos. La intriga está servida.

El sobrino de Atilano Nicolás

2 comments:

Anonymous said...

este comentario es para los, especialistas catolicos que solamente, ellos pueden alludar a la gente a comprender un serio problema que nadien entiende, este es de esos "hombres" que la gente cree que son, muy hombres., pero que en realidad son homosexuales, la gente tiene que tener mucho cuidado con esta clase de serios criminales, estoy especificamente hablando, de los hijos de los padres gay, estos hijos, empiezan a ser abusados sexualmente por sus padres, les obligan a ocultar de sus actos sexuales, estos hijos homosexuales, empizan a repudiar todo, culquier contacto con cualquier persona, hasta el contacto con su misma madre, con sus hermanos, con sus amigos, pero no repudian porque son muy hombres repudian a la gente, porque ya solamente toleran el contacto sexual con su padre, estos hijos homosexuales, son mu asperos, pelean mucho, golpean a la gente, pegan a sus amigos, con odio, grande, despues de todo nadien los pude comprender, lo cierto es que parece que son muy hombres, pero la realidad es que, se les pude ver que odian algo, tal vez odian mucho, que no los cuidan de los abusos sexuales, y por eso pelean mucho por temor, a perder todo, a ser avandonados, tambien se sienten culpables con la madre, de no poder decirles, se sienten atrapados entre la espada y la pared, temen de que al hablar, todo se va a acabar para ellos, los padres tal vez lo amenazan, para que no hablen, los sacerdotes saben algo de esto?

rasputinsky said...

El anónimo hace un comentario que no tiene nada que ver con la novela, pero muestra con seguridad un problema real que él conoce. La miseria humana reconoce que el mal lleva a la vergüenza, nadie llama la atención sobre su propia conducta cuando es sórdida... la oculta... y sólo sale a la luz si la hace muy gorda o de modo tan contínuo que acaba viéndose con evidencia... y así surge el escándalo.

En las familias normales eso no pasa... pero hay raros en todos lados. Los hijos deberían, como dices, hablar con el sacerdote para que les ayude, o bien con un asistente social con el que tengan confianza, o con un buen maestro.

Hay que rezar por todas las formas de explotación, para que desaparezcan... y esa que comentas es durísima. Pero también es rarísima.