Ciudadela ha reeditado un libro clásico, "Dios ha nacido en el exilio" con el que Vintila Horia recibió el premio Goncourt en 1960, premio que no recogió ante las presiones de los "Intelectuales franceses" como Sartre que, mientras le reclamaban renunciar a un pasado fascista inexistente, se negaban a reconocer los crímenes de un marxismo existentes en los países del telón de Acero.
Esa ha sido siempre la coherencia del marxismo y de las ideologías derivadas: "manipulación de la verdad", o lo que es lo mismo, "el lenguaje al servicio de la mentira". Porque ¿qué es la "verdad oficial" sino la mentira consolidada?
En este libro, el exiliado Vintila hace vivir el exilio de Ovidio en Tomis, en la tierra de los Getas, de los Dacios, la actual Hungría como juego de añoranza y de esperanza. No en vano Dios ha nacido en el exilio. Y los dacios, gente sencilla, se muestran aquì como especialmente sensibles a la esperanza de un Dios que ha venido a la tierra para redimir y salvar las almas de los hombres.
VIntila se muestra como un amante de lo suyo y como un amante del Universo entero. Ovidio piensa como poeta, como persona a la que el exilio le purifica de sus afectos y le muestra lo "monstruoso" de su amada Roma. "Cuando la voluntad de un hombre es la ley, por mucho que se divinice, es claro que todos los hombres que están bajo su mandato son esclavos". La voluntad absoluta implica la esclavitud absoluta, mayor cuanto más cercano se está a la fuente de donde emana.
Hoy ese absolutismo no se da en un hombre, si bien los nacional-socialismos tenían al dictador, pero ahora esa esclavitud es ante las ideas o formas de vida "políticamente correctas" que son impuestas por los "partidos progresistas". Y sigue el mismo juego: un sistema de imposición que no libera al hombre, que está buscando respuestas en su conciencia y un Dios que perdone.
Ovidio, en la novela, oye hablar del prodigio de que Dios ha nacido en Judea, en Belén, que se le perdió la pista desde que Herodes mandó matar a los inocentes de esa aldea, pero que volverá y volverá para padecer por nosotros.
La tierra es un continuo Adviento, de preparación para ese momento de manifestación de un Dios para el que el rico, el humilde, el pobre, el miserable... todos los hombres, recibirán la respuesta a sus preguntas más angustiosas y les abrirá la puerta a la Eternidad.
En cuanto a calidad literaria el libro de Vintila Horia se lee con placer y en él se recrean imágenes de gran contenido poético, al tiempo que queda magníficamente definida la evolución del poeta, su maduración y su apertura a la esperanza. Pero él es un personaje de "adviento", no de Navidad... vendrán los tiempos en los que el cristianismo impregne de humanidad el Imperio.
Una lección actual... "el imperio", la sociedad occidental, se despoja del cristianismo y ya ha comenzado a "infravalorar" a la sociedad doliente... y a los más débiles del mundo, los no nacidos. Volvemos al paganismo.
Título: Dios ha nacido en el exilio. Diario de Ovidio en Tomis.
Autor: Vintila Horia.
Edita Ciudadela Libros, Madrid 2008
Traduce: Rafael Vázquez Zamora
Esa ha sido siempre la coherencia del marxismo y de las ideologías derivadas: "manipulación de la verdad", o lo que es lo mismo, "el lenguaje al servicio de la mentira". Porque ¿qué es la "verdad oficial" sino la mentira consolidada?
En este libro, el exiliado Vintila hace vivir el exilio de Ovidio en Tomis, en la tierra de los Getas, de los Dacios, la actual Hungría como juego de añoranza y de esperanza. No en vano Dios ha nacido en el exilio. Y los dacios, gente sencilla, se muestran aquì como especialmente sensibles a la esperanza de un Dios que ha venido a la tierra para redimir y salvar las almas de los hombres.
VIntila se muestra como un amante de lo suyo y como un amante del Universo entero. Ovidio piensa como poeta, como persona a la que el exilio le purifica de sus afectos y le muestra lo "monstruoso" de su amada Roma. "Cuando la voluntad de un hombre es la ley, por mucho que se divinice, es claro que todos los hombres que están bajo su mandato son esclavos". La voluntad absoluta implica la esclavitud absoluta, mayor cuanto más cercano se está a la fuente de donde emana.
Hoy ese absolutismo no se da en un hombre, si bien los nacional-socialismos tenían al dictador, pero ahora esa esclavitud es ante las ideas o formas de vida "políticamente correctas" que son impuestas por los "partidos progresistas". Y sigue el mismo juego: un sistema de imposición que no libera al hombre, que está buscando respuestas en su conciencia y un Dios que perdone.
Ovidio, en la novela, oye hablar del prodigio de que Dios ha nacido en Judea, en Belén, que se le perdió la pista desde que Herodes mandó matar a los inocentes de esa aldea, pero que volverá y volverá para padecer por nosotros.
La tierra es un continuo Adviento, de preparación para ese momento de manifestación de un Dios para el que el rico, el humilde, el pobre, el miserable... todos los hombres, recibirán la respuesta a sus preguntas más angustiosas y les abrirá la puerta a la Eternidad.
En cuanto a calidad literaria el libro de Vintila Horia se lee con placer y en él se recrean imágenes de gran contenido poético, al tiempo que queda magníficamente definida la evolución del poeta, su maduración y su apertura a la esperanza. Pero él es un personaje de "adviento", no de Navidad... vendrán los tiempos en los que el cristianismo impregne de humanidad el Imperio.
Una lección actual... "el imperio", la sociedad occidental, se despoja del cristianismo y ya ha comenzado a "infravalorar" a la sociedad doliente... y a los más débiles del mundo, los no nacidos. Volvemos al paganismo.
Título: Dios ha nacido en el exilio. Diario de Ovidio en Tomis.
Autor: Vintila Horia.
Edita Ciudadela Libros, Madrid 2008
Traduce: Rafael Vázquez Zamora
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