
Don Camilo es "mi cura", es grandote, fuerte, protector del débil, del que va por buen camino y del descarriado. Ahí hay un trío que, en el fondo, se entienden muy bien, Don Camilo, el alcalde comunista Pepone y el Cristo. Ese Cristo que tiene la paciencia suficiente para ver milagros, milagros de última hora, de esos que hacen que el Fin de la película de la vida sea en los brazos del crucificado.
No se evita Guareschi describir los distintos tipos de violencia, la partidista en la que se muestran las inhumanas consignas del Partido Comunista, consignas que pasan siempre por "eliminar" a los reaccionarios y por "defender lo indefendible" que matizadas por el corazón de Pepone se convierten, casi siempre, en meras escaramuzas verbales... aunque no siempre.
La otra violencia, la de la vida, camuflada a veces en desavenencias partidistas, está también muy presente dando el tono realista y trágico a la vida de La Baja.
Hoy Homolegens ha reeditado "Don Camilo y compañía" y pienso que debería ser lectura obligada para desmontar antes de que sea demasiado tarde a los "obsesionados" en desenterrar muertos, reavivar odios, reescribir conflictos. Nunca segundas partes fueron buenas y menos cuando los "odiadores" aunque presidan el Gobierno de una nación, lo impulsen con dinero público y en contra de los católicos en España.
¿Pepone o Zapatero? Me quedo con Pepone... al menos su corazón le salva.

Título: Don Camilo y compañía
Autor: Giovann Guareschi
Edita: Homolegens, Madrid 2008
Traduce María Maestro
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