Título: ¡Noticia bomba!Autor: Evelyn Waugh
Editorial: Anagrama, Compactos, Barcelona 1989
La casualidad hace que un desconocido autor de artículos de horticultura sea confundido por un genial novelista y elegido para hacer un periodismo en directo de un conflicto bélico de un país hipotético. La narración está llena de equívocos que, casualmente, hacen triunfar al Boot equivocado con una noticia que él mismo no calibra adecuadamente. Britania vibra con el drama, la popularidad del equivoco Boot sube, el editor acaudalado le colma de honores. Pero, como cenicienta, al llegar la hora de la verdad, no puede dar la talla de la superficialidad y cretinez que impera en la sociedad que lo aclama. Un Boot, que no es el Boot esperado, no sirve para una sociedad en la que los honores están dados de antemano. De todos modos su tío tiene un día de brillo, y su familia llena de personajes dependientes, vuelve a la normalidad de la vida provinciana.
El mundo, con su frivolidad, ha pasado un momento por la decadente nobleza rural, pero no la ha levantado. Si uno se fija bien tanto uno como otro son espacios inarmónicos, que no llenan, porque ya pasaron su momento o porque no encuentran la paz y la quietud de la vida plena.
Nosotros hoy heredamos guerras más cercanas. Las Ismalias no son el Líbano, pero sí son las guerras silenciadas, porque siguen existiendo lugares donde los señores de la guerra hacen sus racias, siguen habiendo niños soldado, y países donde la religión es fuente de conflicto. Esos sudanes no remueven la conciencia de Occidente, ¿será porque ahí los que sufren son cristianos?
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