A mí siempre me ha gustado cómo escribe Mankell, si bien me desengañó un libro que redactó con el fondo del 11-S en el que hablaba del radicalismo cristiano, por no atreverse a hablar poniendo como fondo de la escena el radicalismo islámico que es, en definitiva, el responsable de ya tantas jornadas trágicas.
Pero hay algo en Mankell que le hace distinto. En sus novelas policiácas se narran historias, historias con base real y derivadas de su experiencia africana.
En el caso de "La ira del fuego" el calor del relato tiene una base real y otras inventadas. Pero hay historias reales como en las dos novelas anteriores de la historia de Sofía: "El secreto del fuego" y "Jugar con fuego".
Es en esta obra en la que detecto un atisbo de esperanza en el Mankell que conozco. Sigue su técnica vital de hacerse preguntas sin respuestas, pero aquí ofrece "posibles respuestas", y "posibles razones para vivir".
El mundo que describe en Mozambique es, realmente, un mundo de pobreza. Pero los pobres "viven", tienen una razón de su existencia. Dios, los hijos, la familia, la mera subsistencia... y hay en cada uno de ellos una historia irrepetible que, al final, se llena de fuerza vital para no rendirse ante la miseria.
Nuestra protagonista, Sofía, pierde otro ser cercano a su vida. Y va aumentando el número de historias de las que ella es la depositaria, su hermana María, Rosa después... y ahora su marido Armando que le ha dado tres hijos y una razón para seguir viviendo.
Título: La ira del fuego
Autor: Henning Mankell
Ediciones Siruela, Madrid 2008
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