Autor: Amando de Miguel, editorial Espasa Hoy. El libro hace un detallado y ameno estudio del carácter español a través de los refranes. Estos son algunos de los que más me han gustado.
Según este original estudio de Amando de Miguel, el carácter español aparece reflejado en sus refranes y coplas. Tratándose por ejemplo de un pueblo con una marcada religiosidad, es natural que muchos refranes estén referidos a este tema. Por ejemplo:
"Cuando Dios quiere, con todos los vientos llueve". O su versión más negativa: "Cuando Dios no quiere, los santos no pueden". Algunos son consoladores: "Dios que da la llaga, da la medicina". Otros refranes se explayan un poco más: "Dios te guarde del párrafo de legista, de infra de canonista, de etcétera de escribano y de récipe de matasano". O este otro, en su versión más anticlerical y misógina: "Dios te guarde de la delantera de la viuda y de la trasera de mula, y de los lados de un carro, y del fraile de todos cuatro". Aún existe una versión absolutamente cruel de este anticlericalismo y misoginia que parece forma parte de nuestro carácter: "No hay mejor cuchillada, que a la mujer y al fraile dada". O este otro, en que se muestra descarnadamente el "amor" conyugal: "Bien haya la higuera que tal fruto lleva. Y era su mujer que pendía ahorcada de ella".
Otros refranes deslumbran por su realismo: "Cuando la luna sale cornialta y el sol se pone en papirucho, o lluve poco o llueve mucho, o se queda el tiempo como estaba". O: "De salud de viejo, de cielo estrellado y de alegría de jugador, no fiar es lo mejor". Algunos refranes son abiertamente pesimistas: "El matrimonio sólo tiene dos días buenos, el primero y el postrero". "El hombre cuando es chico es como el gallo, cantando. Cuando mayor como el borrico, trabajando. Y cuando viejo, como el cochino, gruñendo". Otros caen en el fatalismo: "Oveja que es de lobo, no hay San Antón que la guarde". O el fatalismo de un gafe: "Púsose a santiguar y se sacó un ojo". O la copla:
"Er que nace pobre y feo, y denguna le ha querío, y aluego se va al infierno, ¡valiente juerga ha corrío!.
"Refranes que no sean verdaderos y febreros que no sean locos, pocos". Pues eso.
Fernando Inigo
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