San Martín fue un santo muy popular en la Edad Media, tanto como San Antonio, cada uno por una razón diferente, pero ambos pioneros en apertura de caminos de santidad. Y ambos tuvieron su propio biográfico contemporáneo. En el caso de San Martín, tenemos la biografía de su coetáneo Sulpicio Severo.
Régine Pernoud es una eminente medievalista, de la que he disfrutado con varios de sus libros, como "Las mujeres en la época de las Cruzadas", "Eloísa y Abelardo" y algunos más en los que se muestra la gran riqueza personal, cultural y artística de una Edad denominada obscura por los progresismos posteriores pero rica en humanidad como no hubo parangón.
Si San Antonio, eremita, es el germen del monacato oriental, nuestro San Martín es un Obispo que cuida, además de la ciudad, el campo, evangelizando a los "paganos" y siendo el germen de la creación de la Parroquia rural.
Martín quiso ser eremita, pero tuvo que ser soldado y es en esa época en la que acontece el famoso incidente de su capa. Y, también a su pesar, como en una encerrona, fue nombrado obispo de Tours, un Obispo austero, sencillo y con una gran fe, fe que resucita muertos, desplaza la trayectoria de árboles caídos, hace que el aceite se multiplique, y otros más hechos documentados por su amigo y discípulo Sulpicio.
Esta biografía de un Santo pre-medieval, precursor de un cristianismo rural, le encantará a mi amigo Ángel Corbalán, autor de una biografía de San García, santo castellano en plena creación del Reino de Castilla.
Autora: Regine Pernoud
Título: San Martín de Tours
Ediciones Encuentro, Madrid 1998
164 páginas
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