Es un libro en el que se derrocha el cariño a la gente sencilla y humilde de América Latina. Isabel y su hermano Isaías muestran una unidad de afecto que salva a Isaías de caer en los riesgos inmediatos de una vida de pobreza. Su prima Manuela les acoge en su vivienda en "los nuevos asentamientos", y el joven Alín muestra un amor y afecto a Isabel lleno de delicadeza. Incluso la insensata Joasiane, amiga de Isabel, es descrita con trazos llenos de afecto y comprensión.
La lectura "duele" al captar tanta miseria, la corrupción de los políticos, el interés por resolver situaciones difíciles y el narrar una realidad como si la estuvieses viendo. Pero ese mismo realismo te llena de sentimientos de protección ante la debilidad ajena.
Los protagonistas son emigrantes a la "capital" desde la tierra reseca y pobre del interior, con hambrunas periódicas por la sequía, pero en donde "poco a poco" se introducen algunos elementos del progreso.
La vida ordinaria de los protagonistas muestra un pueblo con una fe enraizada en el alma como con nudos insolubles, pero que son su consuelo y, además, su protección y fuerza para una auténtica solidaridad en la pobreza.
Se describen sin tapujos las tentaciones de la pobreza en cuanto que algunos caen en la prostitución o la delincuencia, si bien la historia de los protagonistas muestra que hay otras salidas.
En Isabel el autor presenta un personaje que incita a la protección y, supongo, a cambiar el modo que tenemos de ver cómo ayudar al desarrollo de países que no acaban de despuntar, para no caer en el fatalismo de pensar que "no hay nada que hacer". Sin embargo la tarea es ardua y quizá tengan que pasar "generaciones" para encontrar una clase política realmente interesada por sacar a la gente de su miseria sin populismos ni siembra de odio y demagogia. Todo un reto.
Título: Un país lejano
Autor: Daniel Mason
Edita: Narrativa Salamandra, Barcelona 2007
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