La autora aprovecha para situar a Juan como un hijo de Teodora de cuando era actriz y prostituta antes de que el bueno de Justiniano se prendase de ella. A partir de ese momento la vida de Teodora cambió, así como de los componentes de su familia.
Intrigar bizantinas en una de las épocas gloriosas del Imperio bizantino con su aventura romana del General Belisario, que en la trama de esta novela está a la sombra y caído en desgracia.
Aprovecha la autora para trasladarnos a los conflictos ¿eternos? de los Balcanes, hace una introducción o insinuación de los problemas religiosos y políticos del Imperio que tiene en la religión una fuerza centrífuga de debilidad al nacer las "religiones nacionales" adoptando para ellas el credo ortodoxo o versiones heréticas.
La novela también es una historia sencilla de amor sencillo y sincero en medio de intereses de familias contrarios.
El personaje, Juan, es tratado con cariño, como modelo de caballero cortés.
Una lectura refrescante para el verano.
Título: Teodora, Emperatriz de Bizancio
Autora: Gillian Bradshaw
Edita: EMECE, Barcelona 1996
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