
He releído en estos días, mejor dicho, entre ayer y antes de ayer, el clásico: Canción de Navidad, de Dickens. He disfrutado siguiendo el itinerario de la conversión del viejo avaro Scrooge y me he llenado también de buenos propósitos, como recomendaros que lo leáis también vosotros.
Título: Canción de Navidad
Autor: Charles Dickens
Editorial: Biblioteca Homo Legens, Madrid 2006
Edición bilingüe con prólogo de G.K. Chesterton
No voy a narrar las apariciones de los distintos espíritus navideños al descreído y avaro Scrooge, ni su conversión y rectificación posterior de su vida, sólo narrar algo que le van diciendo todos estos espectros: la vida está llena de sentido, de alegría a transmitir, de bien a hacer.
Y una reflexión ante el tullido, hijo de su pasante: ¿Quién eres Scrooge, para decidir quién ha de vivir o no? Ese tullido es la alegría y la esperanza de una familia que se desvive en cariño y recibe cariño.
Hoy hay muchos Scrooges sin arrepentimiento que proponen eliminar del planeta a los pobres, los enfermos, los niños no deseados, negándoles así la alegría de la Navidad, pero también la alegría de vivir.
Razones de Dickens a un planteamiento pro vida.
Frid
1 comment:
Muy breve el comentario, pero preciso.
Es mi cuento favorito, y como veía en las noticias hoy, tal vez tiene un precedente real, en un viejo sepulturero...
Saludos.
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