
Magnífica novela, algo lenta en la trama, pero que se compensa con una descripción muy rica de Atenas y las instituciones de gobierno de los atenienses y los espartanos.
La tragedia enreda al ateniense Isómaco, defensor acérrimo de la democracia de Pericles, y a Alcinoo, espartano asentado en Atenas, que ve en el poder de la fuerza la verdadera soberanía.
El joven Iónides, hijo de Isómaco, es el narrador y -desde su particular visión llena de equilibrio y ecuanimidad- comprueba las virtudes y defectos de esos dos sistemas antagónicos que están preparándose para una guerra sin cuartel hasta la soberanía absoluta de la Hélade.
Título: El hombre de Esparta
Autor: Antonio Penadés
Editorial: Narrativas históricas, edhasa, Barcelona 2005
La mayor sorpresa para el lector de "El hombre de Esparta" es la transformación que sufre el racional Isómaco que, seguidor de Sócrates y convencido de la futilidad de los dioses del Olimpo griego, al tiempo que cree en la inmortalidad del alma y en un Dios superior, pasa a la sumisión de los mitos en su acceso a Delfos para escuchar el Oráculo.
También, desde ese momento, el mundo racional que describe el autor se va transformando en el mundo clásico de la tragedia griega donde los hombres son movidos por la voluntad de los dioses en una vorágine fatalista.
Podría pensarse que el paso de la razón a la irracionalidad de una pasión, en este caso la ira, el dolor y el afán de venganza, convierten al ser humano en esclavo de las pasiones y que esa esclavitud se justifica ante los hombres como el "capricho" o del "destino" señalado por las divinidades griegas.
Un resumen de la obra sería: "Isómaco, transformado".
frid
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