La agonía de Cristo contada por Tomás Moro en su propia agonía.

Título: La agonía de Cristo

Autor: Tomás Moro

Editorial: Ediciones Rialp S. A., Madrid 1983, 3ª edición.

Introducción de Álvaro de Silva.

Tomás Moro escribe este libro desde la Torre de Londres mientras espera su ejecución por obedecer más de Dios que a los hombres. Con el libro se prepara para su propio suplicio y acompaña a Jesucristo en la agonía del huerto. Tomás pretende acompañar más al Señor en su camino hacia la cruz pero ve interrumpida su escritura cuando narra cómo prenden a Jesús.

La obra se conserva gracias a la diligencia de Margarita Roper, su hija mayor, que logra esconderla.

Un buen momento para leer este libro es la Semana Santa; por su brevedad puede terminarse en poco tiempo; pero también por su profundidad se le puede sacar mucho provecho. También es buen momento cualquier día, por ejemplo un viernes, en el que uno tenga ganas de considerar el amor de Dios a los hombres, el misterio del dolor de los inocentes y el modo divino de redimirnos.

Cuando uno lee, prácticamente todos los días en la prensa, cómo la ciencia hinchada de soberbia, se empeña en investigar con células madres embrionarias, en aplicar la eugenesia en los diagnósticos prenatales, en favorecer el aborto sin ningún tipo de reparo moral, la pregunta que uno se hace es ¿por qué Dios permite todo esto? Y, una ventana para entenderlo es ver y vivir los dolores de Cristo, el más inocente de los hombres; que como Dios quiso que como hombre sufriese toda la angustia de un condenado a muerte.

Es ahí, en la imagen de Cristo agónico, donde veo retratado el dolor de los más inocentes de los simples seres humanos: aquellos que son condenados sólo por haber sido concebidos. Son como minúsculos cristos, cristos “al microscopio”, que preguntan al hombre ¿así usas el tesoro que te he dado? ¿así usas la libertad con la que te he revestido?

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