A mí me parece una genialidad poner en una historia narrada un telón de fondo: el mundo de las marionetas del bueno de Anderea
Los muñecos pueden tener historias de amor, dramas, llantos... con ello tocan los hilos de los buenos sentimientos, de los miedos, de los problemas de la vida real de los espectadores. Pero luego, cuando baja el telón, quedan arrinconados sin vida en espera de otro momento de gloria. La historia puede repetirse: son marionetas.
Pero el amor, cuando de verdad arraiga en la dura Zazu, ante la llegada del insensato extranjero, de Marco, ahí queda sin remedio. El drama real no se puede apagar, el fuego arde sin que se pueda volver a los estantes donde se guardan los muñecos de trapo y cartón.
Drama que tiene como espectador al "loco" Ilé Eroriak, que en su vida de sueños se evade de la realidad y repite una y otra vez historias que le cuenta la mar de Oiquixa.
En el pueblo hay pequeños dramas, pequeños egoísmos, ambiciones insatisfechas, sueños frustrados, envidias encubiertas que podrían ser los hilos que moviesen las marionetas reales de ese sencillo pueblo de pescadores y no nos habríamos dado cuenta si no hubiese llegado el insensato e inconstante Marco a removerlos. Y, esa entrada hace daño, mucho daño. Pero eso es ya objeto del libro que animo a leer.
Frid
Título: Pequeño Teatro
Autora: Ana María Matute
Edita: Planeta, Barcelona 2011 (Colección de Autores españoles e Iberoamericanos)
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