Es un libro fuerte, muy fuerte, para personas fuertes. ¿Cómo de fuertes? Pues dispuestos a pasar por la vida dejando huella, siendo santos. Es la falsilla de un matrimonio santo.
Esta obra tenía que ser escrita por una mujer, porque si yo dijera lo que ahí se escribe, si yo pidiera a la mujer casada que confíe en Dios, que se abra a la vida, que acepte los hijos que están en el plan divino, o que acepte el que no vengan, o que realmente tenga serias razones para evitarlos por medios naturales, me llamarían ¡machista! y, sin embargo, ese amor lo he visto en mis padres, en mis tíos, en mis hermanos y en tantos amigos y conocidos.
Uno tiene la suerte de vivir en un ambiente en el que se respeta la vida. También lo tiene en fomentar un digital que defiende toda vida humana, que procura mostrar un modelo de humanidad plena, divertida y accesible a todos, un modo deportivo de llevar las dificultades y una consideración de que Dios, mi Padre, vela por mí y no me deja en la estacada.
La autora del libro, esposa de Scot Hand, del que he leído varias obras de Teología, conversa como él al catolicismo, va desgranando la realidad del matrimonio, mostrando la sinrazón de la cultura de la muerte, el atractivo de la cultura de la vida y el modo de mantener siempre joven el primer amor. También muestra el camino ante la posible esterilidad matrimonial, la enfermedad o aquellos problemas que hacen plantearse un "responsable" distanciamiento de los nacimientos.
Vale la pena leer el libro, hacer examen de cómo es nuestra vida y hacer propósitos de confiar un poco más en Dios y un poco menos en nuestra programación.
Autora: Kimberly Hahn
Título: El amor que da vida, el maravilloso plan de Dios para el matrimonio.
Edita: Rialp, Madrid 2006
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