Soberbia y frutos.
Estoy releyendo a Cronin, en "Aventuras en dos mundos" y hay una serie de capítulos, en la última parte, que son de gran actualidad. En ellos Cronin sufre una especie de conversión al tiempo que adquiere profundidad para ver los problemas ya no tanto personales sino de la sociedad de su tiempo.
Habla del matrimonio, de la fidelidad, del aborto, del suicidio, de los hijos... y de tantas cuestiones que ya entonces manifestaban su crisis en los ambientes urbanos y más acomodados, si bien en los ambientes rurales, generalmente, las familias mantenían los valores que les daban estabilidad.
Pero hay un capítulo, en el periodo entre guerras, en el que muestra cómo va captando el tan-tan bélico, cómo se están generando odios, tensiones, cómo se arma Alemania y cómo Inglaterra mira a otra parte con un mensaje de paz que se vio frustrado.
En un momento concreto, Cronin llega a un pueblecito suizo de habla alemana. Asiste a la Misa dominical y oye una homilía en alemán que no entiende al no dominar el idioma... pero es llevado por la imaginación a una visión apocalíptica que refleja los horrores de la guerra que se avecinaba y una conclusión: El hombre se ha olvidado de Dios, se ha puesto en el centro del mundo y está construyendo un mundo contra el hombre. El remedio: la humildad y habría paz.
Al salir del templo le comenta a su amigo, que sabe alemán, lo que ha sentido y vivido en esa predicación y, con asombro, le comenta el amigo ¡pues es practicamente, al pie de la letra, lo que ha dicho el sacerdote en la homilía!
Cuando la soberbia es personal puede que el mundo no tiemble. Cuando uno se erige en el centro del mundo puede acabar en el psiquiatra o en un hazme reir generalizado. Su Yo exaltado a la vista de los otros no soporta un análisis critico aún ante un genio del arte o de la ciencia.
El problema está cuando esa soberbia se promueve para auparse en la soberbia colectiva, de la raza superior, de los progresistas, de un grupo reducido que construye desde su humanidad una VERDAD que se impone, porque esa VERDAD sólo entrará en el mundo a base de la fuerza.
La VERDAD de la raza supuso una guerra desastrosa. La actual situación de SOBERBIA colectiva es la de un proyecto PROGRESISTA para construir desde la sociedad un hombre sin Dios, sin conciencia que le acuse, y superior en todos los aspectos: salud, belleza e inteligencia. Ese MOSTRUO salubable, bello e inteligente está en proceso de fabricación a través de un proyecto colectivo.
Salud: eugenesia real y aborto de todos los malformados. Nueve de cada diez niños con síndrome de Down son asesinados antes de nacer.
Belleza: modelo de la eterna juventud, o de la eterna adolescencia. El placer como fuente de moralidad y buscado por sí mismo.
Inteligencia: construcción de nuevos hombres desde la ingeniería genética.
Y, como no VIOLENCIA. Más de 100.000 asesinatos de niños antes de nacer desde la aquieciencia social; manipulación de embriones en pro de la ciencia; violencia sobre las conciencias con la Eduación para la Ciudadanía en clave relativista.
Y lo curioso es que esa SOBERBIA colectiva en la que la HUMANIDAD define la verdad, que no la encuentra llega a los mismos resultados prácticos de violencia social que el Nazismo y el Comunismo, si bien, TODAVÍA, no ha llevado a la violencia bélica.
El remedio sigue siendo la HUMILDAD de la criatura. Un ser creado y limitado que debe buscar en OTRO su razón de ser, DENTRO la voz de su conciencia y FUERA la verdad objetiva del mundo real.
Exactamente es el modelo contrario a la "autonomía de la voluntad" que es el "dogma" del nuevo progresismo socialista. De la libertad para construir "mi verdad" a la búsqueda libre de la verdad que he de encontrar: Humildad de la voluntad y luz de la inteligencia.
frid