Título: Lejos del mundanal ruido.Autor: Thomas Hardy
Editorial: Alba Editorial, S.L.U., Barcelona 2002
A todo el que le encante la naturaleza le apetecerá leer este libro. Es una ventana abierta al colorido del paisaje y a las gentes que lo pisan de cuclillas. Cada capítulo es un cuadro de la Inglaterra bucólica y pastoril. Cada línea es como el trazo de un pintor. Todo está cuidado con gran delicadeza y sentido poético. Y, detrás, en el fondo, una fina ironía para hacerse preguntas sobre los otros planos en los que uno se fija en la segunda lectura. Porque este libro es para releer.
Bathsheba podría ser Aldonza y ser del Toboso, pero sin sabor a ajo. Es un personaje con encanto, con un ser natural como si formase parte del paisaje en el que vive. Es una muchacha sana, práctica, rural y sencilla, que huele a campo limpio aunque con frecuencia tenga que trabajar en las cuadras.
Oak podría ser un caballero sin armadura, un escudero con cabeza, un modelo de paciencia y diligencia. Toda su vida tiene una estrella, desde que la vio es su amor verdadero, un amor que tarda en llegar y al que renuncia una y otra vez, hasta que sólo quedan ella y él, como debería haber sido al principio si aquel cachorro, aprendiz de pastor, no le hubiese cambiado el destino arruinando su hacienda.
En definitiva: un libro donde Tomás Hardy en vez de la pluma escribe con pincel. Y una lectura que exige relectura.
frid
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