Es una buena novela de ambiente rural, lo que permite poner un ritmo más humano a la trama. Un viudo y tres hijos varones es un pequeño desastre en su hogar, lee en la prensa local un anuncio "No cocina, pero tampoco muerde", como reclamo de una potencial "ama de llaves". El señor Milliron acepta el reto y comienza así la novela.
La historia es, sobre todo, una apología de la escuela rural, de un aula única, donde el maestro da clases a escala según las edades de sus alumnos y que hace que los más espabilados de los pequeños se sumen al aprendizaje de los mallores. El hermano de la Rose, la ama de llaves, acabará siendo maestro sustituto y brillará por su capacidad intelectual y su modo pedagógico, único en su género.
Mientras tanto el ambiente de la escuela, del mundo rural en tierras de secano, la construcción de un nuevo canal de irrigación, el mundo multicultural de los colonos, es mostrado con magistal maestría por Ivan Doig.
El final no es previsible, o ¿sí?, pero sí que da alguna sorpresa.
Muy recomendable para disfrutar leyendo.
frid
Titulo: Una temporada para silbar
Autor: Ivan Doig
Edita: Libros Asteroide, Barcelona 2011
Magnifica traducción de Juan Tafur